Cámara | Canon EOS 7D |
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Exposición | 0,008 sec (1/125) |
Aperture | f/10.0 |
Lente | 10 mm |
Velocidad ISO | 100 |
Tendencia de exposición | 0 EV |
El Monasterio de Santa María de la Valldigna se encuentra en la
localidad valenciana de Simat de Valldigna, en la subcomarca de la
Valldigna cuya capital es Tabernes de Valldigna (España).
Fue fundado por Jaime II de Aragón el 15 de marzo de 1298. Según la
tradición, el rey, después de hacer la guerra contra los musulmanes
por tierras de Alicante y Murcia, al pasar por el valle, entonces
llamado Alfandech, e impresionado por la fertilidad y belleza, dijo,
dirigiéndose a su capellán el fraile Bononat de Vila-Seca, y abad del
monasterio cistercense de Santes Creus : "Vall digna per a un
monestir de la vostra religió". Y el abad contestó: "Vall
digna!". El rey concedió las tierras al abad de Santes Creus para
una nueva fundación cistercense en el valle que tomaría el nombre de
Valldigna.
Tuvo tres etapas constructivas, una primera implantación gótica del
siglo XIV que forma la estructura completa del conjunto en torno al
claustro, siguiendo el canon del Císter; la importante renovación
producida a raíz de las graves destrucciones del terremoto de 1396; y
la segunda renovación y enriquecimiento definitivos después del nuevo
terremoto de 1644, con sustituciones completas y nuevas dependencias,
ya de etapa barroca en los siglos XVII y XVIII, a la cual, por
ejemplo, pertenecen el templo actual i la capilla de la Virgen de
Gracia. Sus dependencias se adecuan al modelo tipo del Císter, con dos
puntos neurálgicos: la iglesia y el claustro, alrededor de los cuales
giraba toda la vida del monasterio. El Claustro es el elemento
central: comunica las diferentes dependencias del monasterio (el
refectorio, la cocina, la sala capitular, la iglesia, el dormitorio y
el escritorio). Fuera de este conjunto monumental está el palacio del
abad, (construido a iniciativa del abad Arnau de Saranyó, entre los
siglos XIV y XVI), la hospedería, la bodega, el almacén y el resto de
las dependencias agrícolas.
El año 1835, con la desamortización de Mendizábal, tiene lugar la
exclaustración y el monasterio es abandonado por los monjes y vendido
a particulares. El cenobio se convirtió en una explotación
agropecuaria particular y empezó el expolio y la destrucción
patrimonial, con el derribo de la mayoría de las edificaciones. Los
sillares de los arcos y las losas del pavimento son vendidos como
material de construcción, mientras que, entre 1920 y 1926, los arcos
góticos del claustro alto del palacio del abad se incorporan a la
estructura de la mansión de El Canto del Pico, la residencia que
construyó José María del Palacio y Abárzuza, conde de Las Almenas en
Torrelodones (Madrid). En 2003 la Generalidad Valenciana lo compró a
los actuales propietarios del palacio y en 2006 ha sido devuelto a su
lugar original. Otras piezas pasan a las parroquias de la comarca y
los fondos documentales se dispersan siguiendo los pasos de los monjes
exclaustrados.
Hoy en día la iglesia, el "Portal Nou", entrada al recinto
monacal - que sobre su ojiva tiene esculpidos los escudos de la Corona
de Aragón y del Abad- y la antigua almácera -recientemente restaurada-
se encuentran en perfecto estado de conservación y están realizándose
trabajos con el resto de las dependencias. La iglesia se caracteriza
por sus elevadas bóvedas con rica ornamentación pictórica y poseer un
techo policromado con decoración floral y ángeles. Actualmente el
monasterio se encuentra en proceso de restauración, siendo esta
gestionada por la Fundación Jaume II el Just.
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